Este era uno de los platos típicos de los domingos, acompañando a un rico redondo (muchacho) de ternera.
Mi abue, los hacía con una salsa de queso elaborada únicamente con queso telita o guayanés (mis favoritos, sea de paso), mantequilla y nata, todo puesto en una cacerola y derretido a fuego lento.
Los que he preparado yo esta vez y que tenía tiempo sin hacer, los he elaborado siguiendo sus indicaciones que tengo guardaditas en mi cabeza, mientras me dure la memoria. Lo que he variado son algunos ingredientes, debido a la poca disponibilidad de algunos (mi quesito guayanés, ainssss!).
Aquí voy pues:
Ingredientes:
- 1/2 kg de patatas
- 1/2 kg de calabaza (auyama)
- 1 1/2kg de Harina
- Sal
Ponemos a cocinar las patatas y la calabaza en bastante agua con sal. Una vez que están blandas se escurren y se pasan por el pasa-purés. Dejamos enfriar. Y muy importante, guarda el agua de la cocción, que la vamos a seguir usando.
En un mesón o en un bol muy grande (para aquellos que como yo tienen poco espacio en la cocina) mezclamos un kilo de la harina con las verduras. Amasamos lo suficiente como para que se pueda trabajar, pero no demasiado, porque si no tendremos que ponerle mucha más harina y siempre nos irá pidiendo más. De todas formas, si no llegamos a tener la consistencia para poder trabajarla, porque está muy aguada o pegajosa le iremos poniendo algo más de harina, especialmente cuando se mezcla con verduras como la calabaza que aportan mucha agua.
Ponemos a calentar el agua de la cocción que habíamos reservado hasta el punto de ebullición.
Repetimos la operación hasta acabar con la masa.
Si ves que son más ñoquis de los que necesitabas, puedes guardar, los que aun no hayas hervido, bien enharinados en una bolsa plástica y para el congelador directamente.
- 200grs de queso tipo feta o telemea, guayanés o telita
- 300grs de nata (la que tengas en casa, da igual si es ligera o más espesa)
En una cacerola (fuego) o en un bol (microondas) pon a derretir los dos ingredientes. Recuerda ponerle una temperatura muy suave para no quemar el queso. Y ya está. Más fácil imposible.
Esta receta se la dedico a una de mis primas que, junto conmigo, era de las que más pedían a la abuela esta pasta.