martes, 23 de febrero de 2016

La masa de la Pizza

Como les comentaba la semana pasada, mi abuela hacía pizza siempre que hacía lentejas. Yo suelo hacer muchas pizzas, porque me gustan mucho y es una buena forma de intentar que los niños coman verduras.
Lo principal de la pizza es una buena masa. Yo he hecho e intentado muchas formas de hacerla, pero ya la hago de forma automática con esta receta tan simple.
Suelo hacerla para las cenas así que, antes de ir a buscar a mi hijo al terminar su entrenamiento, la preparo antes de irme para que la masa pueda fermentar.

Vamos entonces con la masa:

Ingredientes:

500 grs. de Harina de trigo (puede hacer falta un poco más)
1 taza de agua tibia (no caliente)
7 grs. de levadura seca de panadería (la que viene en bolitas)
2 cucharadas de aceite de oliva
2 cucharaditas de sal
1/2 cucharadita de azúcar

Procedimiento:

Coloca en un bol el agua, el azúcar y la levadura. Déjalo unos 5 minutos y verás cómo empieza a hacer burbujitas.
Añade la harina, el aceite, y la sal y amasa bien. Si notas que por más que amases se le pega la masa de los dedos, añade un poco más de harina. Si por el contrario, te ha quedado muy dura, echa un pelín de agua.
A mi me gusta amasarla con mi batidora de pedestal, pues tiene el accesorio amasador. Si no tienes, no te preocupes, porque tampoco tienes que estar media hora amasando. Con que la masa logre estar homogénea y manejable, será suficiente.
Un truquito para que te quede un poco más crujiente, es sustituir 100grs de la harina de trigo, por harina de arroz. Que la quieres más suave, añade esa cantidad de maicena.
Cubre el bol con papel film o un trapo húmedo y deja reposar la masa en el lugar más calentito que puedas (especialmente si es invierno)
Cuando veas que ya ha doblado su volúmen ya la tienes lista para trabajarla.
Esta masa a mí me rinde para 3 pizzas o una grande, del tamaño de la bandeja del horno. Cuando la hago grande, siempre me termina sobrando un poco que voy guardando en el congelador y luego descongelo con el programa de descongelar del microondas.


lunes, 15 de febrero de 2016

Lentejas...intentando volver

Hace tiempo que dejé de escribir. Perdí todas las ganas. Mi madre enfermó de un tumor cerebral y se me vino el mundo abajo. Sobrevivió un año, pero al final el bicho ganó. Sin embargo, nació mi niña y pude sobrellevarlo. Y cuando creía que ya iba saliendo de mi tristeza, nuevamente la fatalidad se cruzó conmigo, llevándose a una de las personas que más he querido en mi vida: mi papá. Entonces se me terminó de caer el mundo. Así que hoy intento volver a escribir. Porque, a través de la comida, sus olores y sabores, es como recuerdo a los que tengo lejos.
¿Y por qué he escogido una receta tan simple como las lentejas? Porque es de las primeras cosas que aprendí a hacer con mi papá. Unas ricas lentejas, de las cuales era capaz de comerme dos platos enoooormes.
Así le dejo a mis hijos la receta del abuelo (una de tantas). Pero esta receta me encadena a otra receta, que me lleva a mi abuela. La pizza. Ella siempre ponía lentejas con pizza. ¿La razón? Pues con tantos niños en casa,  un buen día decidió que les pondría lo que más les gustaba, que era la pizza. Así que tenían que comerse las lentejas primero y como recompensa, esa maravillosa pizza que ella hacía.
Aquí voy con las lentejas:

Ingredientes: (para 4 personas):

1/2 de lentejas
1 diente de ajo
1 tomate (tipo pera, preferiblemente)
1 cebolla mediana
1/2 pimiento verde morrón
1 patata mediana
1 zanahoria (opcional)
1 hoja de laurel
1 cucharada de aceite de oliva
pimienta y sal al gusto
1/2 cucharadita de comino
1 cucharadita de pimentón molido dulce (a mí me gusta más con pimentón de la Vera)

Preparación:

En un colador, enjuaga bien las lentejas con abundante agua. Quita cualquier piedrecita que pueda haber.
Echa un chorrito de aceite de oliva en una olla y añade las lentejas. Añade el tomate, la cebolla y el pimiento y rehógalos un poco. Añade el comino, el laurel, la pimienta y el pimentón molido y dales un par de vueltas. Ahora añade agua hasta cubrir un par de dedos por encima de las lentejas. Agrega la sal (un par de cucharaditas aproximadamente).
Una vez que empieza a hervir, tapa la olla y baja la intensidad del fuego. Deja cocer una media hora. ¡Pero ojo! El tiempo de cocción puede variar según el grano y la altitud en la que vivas, así que no dejes de estar pendiente de tus lentejas.
Pela y corta, en daditos de un centímetro, la patata y la zanahoria (mi papá no le ponía la zanahoria, pero la abuela sí).
Cuando las lentejas ya estén blandas, saca las verduras y ponlas en una batidora (licuadora), pero que no se te ocurra incluir la hoja de laurel en la batidora!!!! Conviértelas en un puré, que volverás a poner en las lentejas junto con la patata y zanahoria. Si ves que se te han secado mucho, añade un poco más de agua. una vez que estén blanditas las patatas, rectifica de sal. ¡Y listo!
En casa, cada uno le echa un chorrito de vinagre a cada plato. Ese punto de acidez me encanta y hace poco me enteré, que ese chorrito ácido nos ayuda a asimilar mejor el hierro de las lentejas.

PD: Les debo la foto. Había hecho unas fotos muy buenas, pero no las encuentro, así que quedan pendientes.
Eah! Foto lista!